Enclavado en medio de valles de hojas color pastel, se encuentra la comunidad de los Mladoc, pequeño pueblo ancestral de las colinas de Apürk. Estas criaturas son de estatura mediana, colores sepia. Los más antiguos toman colores indescriptibles, ya que por sus ojos han pasado las letras del mundo, en todos los idiomas existentes. Se dice que fueron ellos los que enseñaron al hombre, del mundo real, a pronunciar las primeras letras, y que fundaron la Real Academia de la Lengua.

La vida de los Mladoc transcurre apaciblemente. Trabajan a la par con las Librélodas, mientras ellas leen todos los escritos del mundo de Apürk, los Mladoc los revisan y los corrigen.

Los Mladoc no tienen nombres, se reconocen por lo que hacen, y por su mirada.

En algún lugar de la imaginación, existen seres que en sus ojos, está su nombre...